lunes, 19 de enero de 2009

Islas Virgenes, pasado bucanero


Cobijo ideal para corsarios y bucaneros en el siglo XVI, las Islas Vírgenes se han convertido hoy en día en la guarida perfecta para viajeros que busquen el edén.
Hace ya cinco siglos que Cristóbal Colon descubrió estas islas a las que denomino Las Once Mil Vírgenes.
Las BVI (British Virgin Island) están situadas entre el Atlántico Norte y el Mar Caribe, estaban en el lugar perfecto para convertirse en refugio para piratas y corsarios británicos y holandeses, que durante los siglos XVI y XVII, hicieron la vida imposible a los galeones españoles.
Las islas las componen unas cincuentas islas, cayos y atolones, aunque solo 16 están habitados. Una de las más conocidas es Tórtola, donde atracan numerosos cruceros en sus muelles.
Las islas dependen hoy en día del Reino Unido. El Imperio español estuvo presente desde el siglo XVI hasta que los holandeses establecieron su asentamiento en Isla Tórtola en 1648. En 1672, llegaron los ingleses que todavía continúan allí.
En 1917, los EE.UU. compraron Saint John, Saint Thomas y Saint Croix a los daneses por 17 millones de dólares. A este conjunto de islas las bautizaron como Islas Vírgenes de los Estados Unidos.
En contrapartida los británicos bautizaron a las suyas como “islas vírgenes británicas”.
Para los amantes de la navegación, dicen que Tórtola es su paraíso. Sitios míticos para echar el ancla son Cane Garden Bay, Soper’s Hole o Brewers Bay.
La segunda isla en tamaño es Virgen Gorda. Su capital Spanish Town es ideal para alojarse en un pequeño hotel. Tiene escasamente 21 kilómetros cuadrados.
A la pista de aterrizaje de la isla llegan numeroso jets privados. También es muy concurrida su playa: The Bath.
Quienes busquen además mayor privacidad o exclusividad son las islas de Anegada o Jost Van Dyke.
En Anegada son famosos los bancos de arena y los restos de barcos hundidos. Jost Van Dyke toma su nombre de un famoso pirata holandés. Cede su nombre también a un pequeño islote denominado Little Jost Van Dyke.
Las islas más pequeñas también ofrecen servicios a los navegantes ya que es su principal negocios, como ocurre en las islas de Peter y Cooper.
Visita obligada es Norman Island o la isla del Tesoro, ya que las leyendas dicen que es donde se ocultan los mayores tesoros. Se puede practicar snorkel en Treasure Point, o visitar el William Thornton, un buque velero de 1915 convertido en restaurante y anclado en el sudeste de The Bight.

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